Background: en busca de un sonido satisfactorio…
En el sector de la HIFI, una de las cosas que siempre me ha llamado la atención es que las condiciones de las salas dedicadas donde se exhiben y prueban los equipos y los diferentes componentes en revistas, comercios, salones y ferias distan mucho de las que solemos encontrar en la mayoría de los hogares, con salas no dedicadas, multifunción, normalmente el salón-comedor.
En este sentido, en las 3 diferentes configuraciones en nuestro hogar (salamultifuncional, salón-comedor y dormitorio), muy alejadas de las condiciones ideales de audición de las salas dedicadas, el problema que siempre nos hemos encontrado ha sido el mismo: los modos de sala. Estos modos de sala, enfatizados por los deficientes, pero funcionalmente necesarios, emplazamientos de los altavoces, se han venido traduciendo fundamentalmente en la imposibilidad de ajustar las frecuencias bajas en nuestro dormitorio y salón-comedor, con unos “bajos” desarticulados, hinchados, borrosos, imprecisos, retumbantes y “chiclosos”; y en un sonido brillante, analítico, chirriante y afilado, sin apenas presencia de las frecuencias graves, bien a pesar del apoyo del magnífico subwoofer SVS SB 16-ULTRA, en nuestra sala multifuncional.
Así, tras un viaje no deseado de varios años a través de diferentes adquisiciones, y ventas, poco exitosas y gratificantes, e incluso en ocasiones frustrantes, en busca del sonido adecuado a nuestros gustos en los diferentes espacios de nuestro hogar, conocí ProAc de la mano de Francisco Gutiérrez, director y Gerente de Lyric Audio Elite.
Evidentemente, había leído revisiones y opiniones sobre los diferentes altavoces de la gama ProAc en revistas y foros, pero no fue hasta instalar algunos de ellos en nuestro hogar que, finalmente, ese indeseado viaje de gasto y frustración fue llegando a su fin.Así, los estupendos monitores Tablette 10 Signature y SM100 llegaron para acabar con los problemas de los modos de sala en nuestro dormitorio y nuestro salón-comedor, respectivamente, y para quedarse. Con estos monitores, por fin logramos el sonido equilibrado que buscábamos en ambos espacios, con una presencia coherente de todas las frecuencias y graves precisos, apretados y contundentes, pero sin acoples ni retumbes.
Tras los buenos resultados ofrecidos en sendas habitaciones por los monitores de ProAc, aún faltaba el mayor reto, la sala multifuncional, una estancia que hace las veces de despacho, biblioteca, salón y dormitorio, con una planta de 5 m. x 8 m., y una altura de 3’60 m., o sea, unos difíciles 144 m3 que, con todos los equipos configurados, siempre han propiciado un sonido brillante, analítico, sin apenas presencia de las frecuencias graves.
Así que, manos a la obra, tras digerir mucha información en Internet y vender las columnas que ocupaban la sala, decidimos encargar las ProAc Response K6, convencidos de que, dadas sus especificaciones técnicas y las pruebas y opiniones recabadas en la red, la amplificación en sala, un equipo Exposure 3010S2 compuesto por amplificador integrado y etapa de potencia que ofrece 220 W en 8Ω y 440 W en 4Ω, sería adecuada y satisfactoria para biamplificarlas.
ProAc K6: toma de contacto…
Los altavoces llegaron de fábrica convenientemente paletizados y embalados individualmente. Lo primero que nos sorprendió fue el inteligente embalado, ya que, a pesar de su importante peso y volumen, y de requerir de dos personas en forma para su manejo, facilita enormemente el desembalado y extracción de las cajas.
La sorpresa siguiente vino como consecuencia de la constatación de la solidez, el nivel de los acabados y la belleza clásica y ortodoxa de los altavoces: pesados y sólidos, construidos con paneles de fibra de madera de alta densidad (HDF), amortiguados internamente con bitumen, chapados en cerezo natural (u otros cinco acabados a elegir) y con un plinto sobre el que dispara el gran puerto réflex en configuración inferior (para evitar que las particularidades del suelo donde se ubiquen alteren las características de su sonido), todo ello en busca de la máxima calidad de sonido, proporcionado por dos conos de graves de kevlar (de ahí su denominación K) de 16’5 cms. de diámetro desarrollados por ProAc y realizados bajo sus especificaciones y más estricta supervisión, un domo blando de medios de 5 cms. de diámetro de origen ATC adaptado por ProAc con bocina de aluminio 6061, y el ya famoso tweeter de cinta desarrollado y realizado por ProAc con difusor también de aluminio 6061.
Por su parte, en el artesanal manual del usuario, además de advertir del periodo de rodaje necesario, alrededor de un mes y medio a razón de unas 2horas de funcionamiento diario, y de la necesidad de una amplificación de calidad, en la que tanto la vía de estado sólido como la valvular pueden resultar adecuadas en función de los gustos musicales, ProAc aconseja un posicionamiento de las cajas según un triángulo equilátero que separe los altavoces2’5 m. entre sí y una ligera separación de las parees trasera, ya 3 que, aunque por su configuración réflex no resultan especialmente exigentes en cuanto a la ubicación y su separación de la pared trasera, funcionan mejor a partir de cierta separación de la misma.
El rodaje: decepcionante…
Una vez instaladas las cajas en su ubicación final según las recomendaciones del fabricante (separadas 2’5 m. entre sí, a unos 50 cms. de la pared trasera y a más de 1’5m. de las laterales, y enfocadas directamente hacia la posición de escucha), y con la única excepción de unas bases Isoacoustics Gaia II, más acordes con el carácter brillante de los modos de sala, en lugar de las puntas de desacoplo de serie, comenzamos el rodaje.
Inicialmente no sonaban bien, nada bien. Les dimos tiempo de rodaje, pero nada, seguían sonando fatal: graves prominentes y desequilibrados, desarticulados y bastante descontrolados; agudos sin extensión y sin apenas presencia; lo único que sonaba estupendo era el rango medio. Un sonido cálido, coloreado, sin extensión de agudos y con graves descontrolados y retumbantes excitando los modos de sala por el lado cálido; diametralmente opuesto a las pruebas y revisiones realizadas, y a las opiniones generalizadas. ¿Cómo era posible, en una sala como modos de sala especialmente brillantes…? La única respuesta posible era que el equipo Exposure estaba ejerciendo una sinergia, sí, pero negativa con los altavoces. Bueno, no era lo previsto, pero necesitábamos buscar una nueva, y acorde, amplificación, qué otra cosa podíamos hacer…
Así que, de nuevo en el mercado, en busca, esta vez, de una amplificación adecuada para los altavoces nuevos que no sonaban bien, ¡qué rabia!
Sobre el papel, las K6 son unas cajas con una sensibilidad de 90 dB a 1 Wa 1 m., en el rango medio-alto, por lo que en principio no requieren de una potencia desmedida para brillar; de hecho, el fabricante recomienda entre 10 y 250 W de potencia continua. Sin embargo, sus4Ω de impedancia nominal apuntan a fuentes de alimentación, de electricidad, de alta corriente.
Aún a pesar de nuestra atracción por las soluciones “integradas”, nuestra querencia por la simplicidad nos llevó a descartar las múltiples y muy atractivas propuestas que en este sentido Francisco Gutiérrez nos ofreció, entre ellas Pass Labs, McIntosh, e incluso válvulas; ni las dimensiones, ni el peso, ni el necesario mantenimiento de las soluciones valvulares nos acababan de encajar. Así que, tras valorar diferentes soluciones potenciales, y probar un par de integrados en nuestra sala con nuestra configuración, terminamos decantándonos por el integrado tope de gama de Naim, el Supernait 2: en el ReinoUnido, un importante minorista ofrece las K6 con los separados mitad de gama de Naim, el NAC282 y el NAP250DR, asegurando una gran sinergia en el conjunto; además, elSupernait 2 es un integrado tremendo y versátil con todo tipo de música, que aloja una etapa de previo y una etapa de potencia muy similares a las de los mencionados separados de su gama, y con una fuente de alimentación de alta corriente; y, finalmente, aunque la lotería no nos toca, mantenemos la salud y, en esta ocasión, el azar vino a confabularse, de manera que pudimos optar a una muy buena oferta de una unidad nueva del Supernait 2 aprovechando el cambio de modelo y el lanzamiento del actual Supernait 3.
Configuración final: tuning, tweking and taming…
Así, la configuración actual, y final, como puede apreciarse en las imágenes que acompañan a este texto, está compuesta por el Supernait 2, alimentado por un streamerCyrus Stream Xa (desde un NAS a través del router), por un Exposure 3010S2 CD (un CD de calidad media-alta remanente del anterior equipo) y un sencillo Nad C546 BEE (un CD que suena más de lo que cuesta y que funciona como CD secundario), atacando las ProAc K6 y el excelente SVS SB 16-Ultra. Mientras que el giradiscos resulta, para nosotros, cada vez más residual.
El afinado, ajuste y tamizado del sistema se centró básicamente en el cableado, el aislamiento y la amortiguación.
En el cableado, todo blindado dadas las restricciones de espacio y los inevitables cruces de cables, para los altavoces nos sirvió el Chord Epic Twin de la anterior biamplificación, reacondicionado a Reference y complementado con puentes de bornes Chord Sarum;para las interconexiones optamos por AudioQuest Water, el nivel de entrada a la serie Elements de la marca norteamericana, para la parte analógica y por Oehlbach 2065 parala parte digital; el cableado ethernet lo solucionamos también con AudioQuest, en este caso Cat7-Cinnamon; y, finalmente, para los cables de alimentación nos decantamos porChord C-Power hasta y desde una regleta con filtrado EMI y RFIIsoTEk EVO 3 Sirius y otra más sencilla, pero blindada, Pro-JectPower4Way de apoyo para el subwoofer.
Para el aislamiento, además de los mencionados Isoacoustics Gaia II de los altavoces, optamos por los Orea Indigo (Supernait 2) y Orea Bronze (3010S2 CD y Stream Xa), también de la canadiense Isoacoustics.
Para la amortiguación nos decidimos por los damper de la española Artesanía Audio, el MKIII para el integrado y el modelo Improved para las fuentes. Como puede verse, consistente con nuestro apego a la simplicidad, nuestro rack está constituido por los muebles estándar de una calidad razonable, soportados y complementados por un estante ancho de HIFI Racks.
Finalmente, para controlar adicionalmente el ruido y los posibles efectos sobre la salud, causados por la interferencia electromagnética y de radiofrecuencia, se introdujeron claps de ferrita en los cables de ethernet, y también una pirámide de shungita de Carelia; aunque no percibimos diferencias significativas en la calidad de sonido con o sin los claps de ferrita, ni con o sin la shungita, y la investigación epidemiológica aún no es concluyente, preferimos aplicar el criterio de prudencia, más aún con nuestro hijo de 4 años arriba y abajo, y disponemos de una pirámide de shungita cerca de cada sistema de alta fidelidad en nuestra casa.
Sonido: ahora sí…
Una vez convenientemente rodada la configuración, alrededor de un mes, llegó el momento de la escucha, el juicio y el disfrute, ¡ahora sí…!
Las K6 ofrecen un sonido equilibrado en toda la gama de frecuencias, con una integración coherente de todas las frecuencias en el conjunto sonoro y un amplio acceso a las diferentes capas de las grabaciones; bajos apretados y precisos, medios aterciopelados y agudos extendidos; aunque, sin duda, lo que mejor define su sonido es el realismo y la musicalidad.
De alguna manera, es una presentación sonora muy similar a la de las Tablette 10 Signature,en tanto que presentan la reproducción musical con toda su sutileza y emoción, pero salvando las distancias, claro está, porque, a diferencia de aquellas, al mismo tiempo, la escala y el músculo que ofrecen son enormes.
Se trata de un sonido típicamente inglés, con unas frecuencias medias ligeramente adelantas, que presentan de manera muy vívida y orgánica las voces en general, y en particular las femeninas. Una imagen sonora perfectamente centrada y enfocada, pero alrededor de la cual gira, perfectamente ubicado y reconocible, el escenario sonoro, que se abre ampliamente hacia arriba y hacia los laterales, sin llegar, eso sí, a extenderse tridimensionalmente más allá de un par de palmos o tres delante de los altavoces, aunque bien es cierto que Naim no destaca precisamente por su presentación tridimensional de la escena sonora. Sin embargo, en lo que sí destaca y brilla especialmente Naim es en eso que denominan PRAT (Pace, Rhythm And Timing, o Velocidad, Ritmo y Sincronización), y las K6 no solo están a la altura del PRAT Naim, sino que esa es su salsa: unas cajas fulgurantes, más que rápidas, que ofrecen una dinámica extraordinaria, con transitorios vertiginosos; graves profundos, detallados, precisos y también vertiginosos, prácticamente pistónicos, pero sin retumbes de ningún tipo; medios detallados, orgánicos y realistas, pero sin llegar a resultar prominentes; y agudos ampliamente extendidos y brillantes, pero sin dureza, chirridos ni sibilancias. Y una 7 resolución y recuperación magníficas, con excelentes macrodinámica y microdinámica, que te permite acceder a los alientos, los chasquidos de labios, los pasos de partituras, el roce de las púas en las guitarras o el ruido de fondo en las grabaciones en directo. Todo ello sin perturbar la musicalidad del conjunto, y con un timbre que acentúa el realismo de las grabaciones; particularmente, nos gusta mucho la reproducción de los pianos, un instrumento que abarca el rango completo de frecuencias y que resulta de lo más complicado en su reproducción realista a partir de grabaciones.
Conclusión…
A la hora de componer un sistema de audio, el equilibrio es, sin duda, la clave. Pero no solo el equilibrio entre los componentes del sistema, sino también entre el sistema y la sala; entre el sistema, la sala y la decoración; y también entre el sistema, el presupuesto, el resto de las aficiones y la vida misma. Sin embargo, uno de los debates abiertos, vivos e irresolutos en este mundo de la HIFI es el relativo a cómo lograr ese equilibrio, o si para componer un sistema de audio primero se debe elegir una electrónica (amplificación y fuente) adecuada y posteriormente buscar unos altavoces consistentes y coherente scon ella, o si, por el contrario, primero se debe optar por unos altavoces adecuados a la sala y la ubicación y, posteriormente, buscar la electrónica que mejor se adapte a ellos.
En mi experiencia, lo primero en la composición e integración de un sistema de audio es la compatibilidad y adecuación de los altavoces con la sala, y, en este sentido, las K6 son unas cajas magníficas que, como el resto de altavoces ProAc, una vez correctamente instaladas, acompañadas y afinadas, parecen tener una mágica “inteligencia” para reconocer los modos de sala y ajustar su funcionamiento a las condiciones de su ubicación. Unas cajas que sin duda se encuentran entre las mejores que se pueden comprar en el mercado, y que, aunque indulgentes con su acompañamiento en el resto de elementos de la cadena musical y con la potencia que demandan, no dejan de ser relativamente exigentes de un cierto umbral de calidad tanto en el resto de componentes de la cadena musical como en los distintos accesorios que vinculan la cadena musical transmitiendo la señal eléctrica. Suenan muy bien en sí mismas, y aunque indulgentes, como apunto, su elevada calidad evidencia rápida y claramente, sin sutilezas, los puntos más débiles del sistema. En este sentido, son ese tipo de cajas de gran calidad a las que tanto les das, tanto recibes. Es así hasta el punto que, una vez actualizada y resuelta la amplificación, evidencian sin ambages la actual fuente principal como el punto débil en nuestro sistema, por lo que habrá que ir pensando en su próxima actualización. En definitiva, unas cajas que no pueden defraudar siempre que se les dé el espacio y el acompañamiento adecuado, y que para nosotros merecen la pena en tanto suponen el final de nuestro viaje por el inefable mundo de la HIFI.
Descargo de responsabilidad…
Esta revisión no es universal, en el sentido de que no es extrapolable a cualquier sala, cualquier configuración y/o cualquier sistema; ni hemos pretendido ni pretendemos que lo sea. Tan solo describe y refleja nuestra experiencia con estos altavoces, en nuestra sala, con nuestra configuración, con nuestras circunstancias, con nuestras restricciones y con nuestros oídos. Adicionalmente, no tenemos ninguna filiación ni interés comercial con ninguna marca del sector de la HIFI, por lo que en esta revisión no abogamos por ninguna marca ni modelo en particular, limitándonos, exclusivamente, a describir nuestra experiencia y nuestras decisiones y elecciones. En este sentido, nuestro equipo Exposure probablemente podría llegar a funcionar adecuadamente con estos altavoces en otra sala, con otra configuración y para otros oídos y gustos; de forma similar, estos altavoces de ProAc sin duda funcionarán perfectamente con otras amplificaciones y electrónicas, en otras salas y para otros gustos y oídos. Esta revisión, en fin, se basa únicamente en nuestra experiencia directa.
J.A.U.